domingo, 12 de abril de 2009

El corazón de la Semana Santa













Debe mantenerse intacto; sin que lo toquen. La tarde del Viernes Santo es el corazón de la Semana Santa al que hay que dejar andar, como hace siglos, sin experimentos. Las cofradías están medidas. Desde la Carretería - que ayer estreba las bambalina interiores laterales de su palio - hasta la Mortaja que cerró una jornada con más de 25 minutos de retraso.

La Soledad de San Buenaventura procesionaba en su paso que, en la jornada de ayer, no contaba con las habituales escaleras que se suelen apoyar en la cruz. Después de infinitos intentos por salir en procesión con el Crucificado de la Salvación, la dolorosa de San Buenaventura fue, más que nunca, Soledad.

Triana vino de la mano del Cachorro - ayer sin corona de espinas ni potencias- y del Nazareno de la O. San Isidoro, por su parte, procesionó, por última vez con una estéica que puede verse el próximo año modificada si la hermandad decide sumar los dos ángeles redescubiertos de Ruíz Gijón a la ornamentación del paso del nazareno.

Montserrat interpretaba en la Campana, tras su paso de palio, la marcha "Siempre en el recuerdo", dedicada al maestro Pepín Tristán y finalista del Memorial Font de Anta, convocado por Sevilla TV.

En el palco de la Plaza de la Campana estuvo el Alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín que compartió con el Presidente del Consejo de Hernandades y Cofradías, Adolfo Arenas toda la tarde del Viernes Santo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario