domingo, 19 de septiembre de 2010

Cuando Sevilla, volvió a ser la de siempre...




Cuando la Macarena se asomó por la puerta de la Basílica, todos los fieles se llenaron de felicidad. En el cielo, no había ninguna estrella que brillase más que ella, la Esperanza.
Bonita noche la vivida en dirección al Estadio de la Cartuja, la Reina de San Gil recorrió calles, nunca recorridas, por eso fue tan especial... Todos los balcones estaban engalandos, incluso con velas, cuadros e incluso pequeñas estatuillas. Era una noche inédita, algo nunca visto...
Durante toda la noche, y no era para menos, la Esperanza estuvo acompañada de numerosos fieles que la arroparon como ella se merece. En torno a las 8 de la mañana, llegaba al estadio, no estuvo sola en ningún momento, incluso en el Puente fue acompañada por una inmensidad de devotos. Una vez que llegó al parque se pudo ver con mas facilidad, gracias a su amplitud.

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