domingo, 19 de septiembre de 2010

Porque como tú, ninguna...


El sueño tocaba a su fin, había acabado la misa y la Esperanza Macarena aguardaba con ansia en su Capilla provisional el poder volver a su barrio, con sus fieles de toda la vida. Llegó la hora, caía la tarde, rayos de luz de otoño y Ella, emprendió su camino hacia su Basílica.

A eso de las seis, cruzó el puente del alamillo, que parecía la Plaza de la Campana. Una pequeña brisa de aire hacian de la arboleda un palio con sus bambalinas, la banda del Carmen de Salteras volvía a tocar esas marchas tan macarenas y sencillas, la marea de gente que la acompañó a su ida, volvío a ser la misma de vuelta, y así llevarla en volandas hacia su barrio.

Cayó la tarde, y llegó la noche... La Macarena llegó al hospital, donde repartió esperanza a todos los enfermos allí presentes, que a su vez la contemplaban emocionados por las ventanas del mismo. Se vivieron momentos muy emotivos, donde la banda no dejó de tocar, y en una de las veces en las que Antonio Santiago mandó a parar el pasó se desató la alegría entre todos los fieles allí presentes, que arrancaron un aplauso que duró varios minutos.

Poco a poco se iba yendo ese sueño, la Esperanza ya enfilaba las murallas en busca de su Basílica, donde había estado un día entero fuera de ella. El paso apenas podía andar de frente, debido a que numerosos cofrades iban delante acompañando a la Señora. Cruzó el arco, con la misma elegancia con la que lo cruza cada "Madrugá", el barrio entonaba aplausos cuando llegó al atril... El sueño de mantener a las hermanitas de la Cruz contentas se acababa. La Macarena giró sobre sus pies para poder mirar a su gente por ultima vez, hasta un nuevo Viernes Santo de madrugada. La banda excelente, entonó varias marchas, entre ellas "Coronación de la Macarena".

La Macarena se despidió como siempre, derrochando alegría y esperanza para aquellos que la necesitan en estos momentos.

1 comentario:

  1. Te fuistes Macarena, y tu barrio quedo solo, las murallas cuál batalla perdida denostaban en su interior el mayor dolor que jamas pudieron contener sus muros, sin custodia permanente como suelen hacer cuando tu vives tras ellas, pero esta vez era distinto, fue más tiempo del que precisa para su madrugada , pero como siempre llegastes , majestuosa y radiante , extremadamnete guapa y como señora de Sevilla, ahora descansa entre tus muros allí dónde te quieren y te aman , muros del sigilo, del llanto , de la alegría y del quebranto, muros al fin de la vida que necesitan de su macarena para salir airosos tras las batallas, ya viene la macarena dejarla pasar, macarena entra en tu portal que Sevilla envidiosa ve lejana la madruga, ya cuenta las horas para volver a engalanar sus calles y plazuelas, macarena entra ya, que las murallas no quieren verte llorar, llora tras ellas que ahí sin puedes llorar , viene la macarena , y Sevilla viene con ella..... macarena entra en tu portal¡¡¡¡

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