sábado, 28 de marzo de 2009

Francisco Robles desentrañó el alma de los Armaos








Impactó, como se esperaba, el Pregón de la Centuria Macarena a cargo del escritor y periodista Francisco Robles. Un texto al sevillano modo, con la «guasa» propia de quien conoce las claves de la ciudad y, por supuesto, de esta legión macarena que sigue arrebatando a niños y mayores. Y todo ello «adobado» con la intervención, en varios pasajes del pregón, de la Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria. Un cúmulo de sensaciones de las que disfrutaron multitud de personas que abarrotaron por completo la basílica de la Macarena.

Robles dejó claro que era el Pregón de la Centuria Romana, más de coraza para adentro, y de plumerío también. «De los dos».

Comenzó preguntándose qué es la Macarena, cuya respuesta se la dio una vez Carmen, una de esas mujeres que acuden cada día a la basílica a rezar. «Cuando yo era niña me quedé sin madre. Mi padre me traía aquí y me decía: “mírala, ésa es tu madre”. ¿Existe una definición mejor para la que encierra en sus dos nombres las claves del barrio y del universo, del tiempo que se ha ido y del que vendrá?».

Historia y «guasae»
Su Pregón recorrió la historia de los Armaos y de su gente; su gracia y su «guasae», recordando que éstos «son de Julio César más que de Pompeyo. Téngase en cuenta que Julio César murió al sevillano modo, o sea, de una puñalá por la espalda...».

Anécdotas, muchas, pero también historia, recordando a poetas y escritores que tan bien le cantaron tanto a la Centuria como al Señor de la Sentencia y a la Esperanza Macarena: Fernando Villalón, Antonio Rodríguez Buzón —del que recitó parte de su memorable «Pero como Tú, ninguna»—, Joaquín Caro Romero o Antonio Burgos.
Deleitó a los presentes con momentos de una clara pero fina ironía, como el romance en el que contó la admiración que provocan los Armaos «no sólo en los niños, sino en esas señoras y señoritas que se quedan embobadas ante el aire viril y marcial que despliega el armao cuando desfila por las calles de Híspalis: Permitidme que hoy os cante/lo que miran, lo que sienten/al paso de los armaos/esas benditas mujeres./Aunque habría que incluir/a algún que otro mozalbete/que mira arrobado el paso/de esta Centuria tan fuerte».

El Pregón contuvo, igualmente, momentos emotivos recordando a armaos que hicieron historia: El Pelao, el Mono, El Carri, José García... hasta llegar a la actualidad, deteniéndose en el capitán y el teniente de la Centuria y en Pepe Hidalgo, el tambor más romano que existe en la Semana Santa hispalense.

...Y Abelardo. Como no podía ser de otra forma, Robles encandiló a los presentes con un romance a tan singular personaje. «Abre la puerta, Abelardo./Abelardo, abre la puerta,/que las vísperas se acaban/y se acaba la Cuaresma,/que Sevilla está esperando/el sonar de las cornetas/cuando el pájaro se asoma/a su atrio y su cancela».

Un Pregón en el que su autor desentrañó el alma de los Armaos, de una Centuria que concibió Juan Manuel Rodríguez Ojeda pero en el que también recordó a esas mujeres, sufridas, que acuden cada mañana de Jueves Santo y dialogan con los armaos que hacen guardia ante los pasos.

Francisco Robles, que dejó satisfechos a todos —y sobre todo a los armaos— anunció asimismo que este ha sido «el primer pregón, y el último, que un servidor pronunciará sobre la Semana Santa de Sevilla».

imágenes concedidas por pasioensevilla.tv

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